sábado, 27 de julio de 2013

Manifiesto Nacional Anarquista (modificación)







NACIONAL-ANARQUISMO: MÁS ALLÁ DE IZQUIERDAS Y DERECHAS

Introducción:


“La única manera de fortalecer el intelecto, es no hacerse una idea de nada, dejando que la mente sea una autopista para todo tipo de pensamientos” – John Keats

Sentimos decir que no somos conscientes de la realidad. Que nos encontramos al borde del abismo y no nos damos cuenta de ello. Que somos conscientes de nuestro fracaso social y personal, pero es más cómodo que sigan controlando los hilos de nuestra vida, como sí fuéramos marionetas. Sabemos que somos inquilinos en nuestras propias tierras, pero nos contentamos con el caramelo que nos arrojan nuestros amos, dueños de nuestras vidas y del mundo.

Miramos hacía atrás en el tiempo y pensamos, ¿será verdad que nuestros antepasados íberos, celtas (dicen que llegaron a la Península Ibérica durante el primer milenio a.C; no obstante estudios de la universidad de Oxford señalan que los celtas podrían tratarse de una civilización autóctona del norte de la peninsula), o celtíberos vivían en comunidades tribales, con una asamblea popular y un consejo de sabios, en colaboración perfecta con la naturaleza? ¡Cuanto añoramos ese sentimiento de seguridad, de haber nacido en nuestro sitio, en nuestro hogar, en nuestra tierra! Pero nos han desterrado, nos han desahuciado, nos han robado todo. Poco a poco, antepasado tras antepasado, nos han robado todo, nuestra tierra, nuestro orgullo, nuestra vida...

Como comentábamos anteriormente, la Península Ibérica estaba poblada por pueblos cuya organización social estaba fundada sobre lazos de parentesco. Estos los constituían grupos de consaguineos, descendientes de antepasados comunes, con una economía basada en la comunidad. Pero, según cuenta la historia, en el IV milenio a.C. aparecen los primeros estados. Max Weber define los estados como "una organización humana que controla de una manera exclusiva y legal el uso de la fuerza sobre una zona geográfica específica". Mesopotania, Egipto, los pueblos hebreos, los fenicios, Persia, los reinos helénicos, el Imperio Romano... Con el tiempo, estos estados fueron exterminando o absorbiendo a casi todos los pueblos, esclavizándolos, imponiendo por la fuerza su cultura y su "jurisdicción", creando las diferencias de clases. Para ello, el Estado emplea el poder de la fuerza, con lo cual implementa  falsos impuestos a los pueblos conquistados, apoyándose en el terror de su fuerte ejército, bien remunerado y fortalecido por mercenarios. De esta manera, el Estado domina el mercado, construye sistemas de transporte y medios de comunicación. Manipula la educación, la política, la economía, la religión, la ley, inventa el dinero y legaliza la usura.

A día de hoy no sólo las cosas no han cambiado, sino que han ido a peor. Las clases dominantes se creen las elegidas para dominar el mundo, y para ello controlan la educación, la ley, los medios de información; manipulan la historia; la tecnología está adaptada a su conveniencia y juegan con la economía a su antojo. Crean la globalización para dar lugar a un mercado mundial, con lo que las multinacionales acaparan todo el comercio, llevando a la ruina al pequeño comercio autóctono, y destruyendo la pequeña y mediana empresa. Se sacan de la manga una crisis económica que destruye empleos a pasos gigantescos, y los "afortunados" que conservan su trabajo lo hacen en condiciones infrahumanas. Ponen a la venta empresas y servicios del sector público, creadas con dinero de los trabajadores, e intentan privatizar la educación, la sanidad, el patrimonio y todos los servicios sociales, para apoderarse de ellos a precios de rebajas. La banca se adueña de los inmuebles y de los ahorros de miles y miles de ciudadanos de clase media mediante el engaño legal, y ponen de moda la corrupción, que practican asiduamente la realeza, los políticos y los grandes empresarios. Dentro de muy poco la corrupción será legal. Por otro lado, los partidos de izquierda forman parte del mismo sistema. Tenemos la prueba en Rusia y China, que se han convertido en potencias capitalistas. Todo ello ha creado una enfermedad para el planeta, que conduce a su destrucción, y nosotros somos el cáncer. Una sobrexplotación imparable lo asola: destrucción de bosques, contaminación, superpoblación descontrolada... Las clases dominantes no tienen escrúpulos, y con tal de aumentar su poder no escatiman en aprovechar todos los recursos.

Queremos hacer un llamamiento a todos los que nos critican y nos llaman xenófobos o racistas, sean anarquistas o no. Nada más lejos de la realidad, nosotros respetamos las etnias y las culturas, cosa que el capitalismo, con su ansia de poder, casi ha destruido. Pero pensar un poco. En España, como en la mayoría de los estados del mundo, la inmigración sólo tiene un objetivo: enriquecer al sistema capitalista. La comunidad china, compuesta por cientos de miles de personas, se ha establecido en este país sólo con ánimo de lucro, creando comercios caracterizados por la competencia desleal, lo que ha provocado el cierre de miles de comercios y pequeñas industrias por no poder competir. La comunidad marroquí y subsahariana viven cómodamente gracias al negocio de las drogas. La comunidad sudamericana viene con el propósito de ganar dinero para enviarlo a su querida tierra y a sus familiares. ¿Cómo vamos a decirles que todos juntos, sin importar la raza de cada uno, vamos a cambiar el mundo si son ellos los primeros en mantener este sistema? Daros cuenta que, desde que comenzó la crisis, 50.000 españoles han emigrado a Alemania. Si a esto sumamos griegos, italianos,  etc; dentro de muy poco Alemania tendrá un indice de paro muy alto. Eso es lo que interesa a la clase dominante, tener mano de obra fiel, barata y conformista.

Y ahora te digo, querido lector, no te dejes espantar por las particularidades del NA. Si ya has leído hasta aquí,es porque ya estás coqueteando con el. Sé tu propio nacional-anarquista, construye donde te sea posible tu propia célula, en tú zona, o sé tu propio lobo solitario. Construye tu propia página NA en internet y usa tu propia lengua, sea cual sea esta, a la hora de hacerla. Nacional-anarquismo significa una descentralización radical. Significa, en definitiva, la radical toma de libertad y de responsabilidad en el espacio que a cada uno le corresponde.


Y si nos dicen que todo esto es utopía, pues vamos a empezar a crearla.




Primera parte: Anti-sionismo


“Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, imagina una bota aplastando un rostro humano, incesantemente” - George Orwell


A pesar de que alrededor del mundo la gente es consciente de la desproporcionada influencia de los grupos de presión judíos dentro de las agencias gubernamentales y los principales medios de comunicación en Europa y Norteamérica, la mayoría de las cuales están completamente bajo su control, son pocos los que están preparados para admitirlo por miedo a ser perseguidos o ser víctimas de las típicas acusaciones de "antisemitismo". Sin embargo, es un hecho que, desde que los ambiciosos monarcas europeos nos empujaron por primera vez al torbellino de la creciente deuda internacional, se forjó una élite de judíos y sus aliados que desde entonces han manipulado eficazmente acontecimientos y sucesos globales para sus propios intereses. Esto fue posible, no solo a través de usura, si no también como resultado de la participación de los judíos en el contrabando y el crimen organizado en América durante la década de 1930, lo que eventualmente resultó en la financiación de la adquisición sionista de la industria cinematográfica de Hollywood, y que, ya por el año 1948, facilitó el establecimiento del Estado criminal de Israel. Pero el sionismo no es el nacionalismo judío, como a algunos les gustaría afirmar, si no imperialismo judío.

Los nacional-anarquistas no "odiamos" a los judíos de a pie, ni deseamos debilitarles como pueblo, con su religión única y su propia identidad cultural, pero tampoco toleraremos la continua esclavitud de nuestros pueblos a manos de una minoría formada por parásitos vampíricos cuya única intención es repartirse los recursos naturales globales en un intento de crear un único mercado global.  Creemos que la mejor forma de combatir el sionismo es seguir sacando a la luz la hipocresía de aquellos que, utilizando el holocausto judío a manos del régimen alemán nacionalsocialista, intentan suscitar simpatía mientras oprimen brutalmente desde hace tiempo al pueblo palestino en sus propias tierras. Más del 90% de los judíos modernos son descendientes de un pueblo semi-túrquico que, frente a la intolerancia sectaria y las amenazas de sus vecinos cristiano-ortodoxos y musulmanes, se convirtieron al judaísmo en masa siendo parte del antiguo imperio jázaro, que se extendía desde el Mar Negro al Mar Caspio durante el siglo VIII. De hecho, no tienen ninguna conexión racial o territorial con Oriente Medio en absoluto. Los nacional-anarquistas apoyamos pues la intifada palestina, así como grupos judíos como Neturai Karta y otros adversarios del sionismo, que buscan sacar a la luz las múltiples mentiras y distorsiones de la realidad perpetuadas por el régimen israelí, así como su ala de inteligencia, Mossad, y su centro de control que opera desde el mismísimo corazón del gobierno de los Estados Unidos de América. El sionismo es un enemigo de todos los pueblos y debe ser derrotado.


Más información al respecto:


Ivor Benson, The Zionist Factor, Veritas, 1987. [publicado en
castellano como "El factor sionista"]

Lenni Brenner, Zionism in the Age of the Dictators, Croon Helm,
1983. [publicado en castellano como "Sionismo y fascismo: El
sionismo en la época de los dictadores"]

Andrew & Leslie Cockburn, Dangerous Liaison: The Inside Story of
the US-Israeli Covert Relationship, Harper Collins, 1991.

Executive Intelligence Review, The Ugly Truth About the Anti-
Defamation League, EIR, 1992.

Arthur Koestler, The Thirteenth Tribe, Macmillan, 1977.
[publicado en castellano como "Judios jázaros: La decimotercera
tribu"]

Alfred M. Lilienthal, The Zionist Connection II: What Price
Peace?, Veritas, 1983.

Victor Ostrovsky & Claire Hoy, By Way of Deception: The Making
and Unmaking of a Mossad Officer, St. Martin's Press, 1990.

Douglas Reed, The Controversy of Zion, Veritas, 1985. [publicado
en castellano como "La controversia de Sión"]




Segunda parte: Anarquismo


"La libertad del hombre consiste solamente de lo siguiente:
obedece las leyes naturales porque él mismo las ha
reconocido como tal, y no porque hayan sido impuestas
sobre él de forma externa por ninguna voluntad extrínseca,
sea divina o humana, colectiva o individual" - Mijaíl Bakunin


"Debo crear un sistema o ser esclavizado por el de otro hombre.
No voy a razonar o comparar: lo mío es crear" - William Blake


"La sociedad busca el orden en la anarquía" - Pierre Joseph Proudhon


Para la gran mayoría, la palabra "anarquismo" acarrea imágenes espeluznantes de un Johnny Rotten berreando canciones que tratan de dar rienda suelta al caos y a la destrucción sobre la sociedad contemporánea. Se supone que los anarquistas son o bien unos drogadictos nihilistas y hedonistas de pelos largos, o un despreocupado, ingenuo idealista sin los pies en la tierra. En el siglo XIX, la representación gráfica típica del anarquista (por lo menos en las caricaturas publicadas por los medios de comunicación controlados por el Estado, con intenciones denigrantes y satíricas) era aquella estereotípica de un loco, siempre con barba desaliñada y aspecto zarrapastroso, sujetando una bomba o un cartucho de dinamita. Pero el verdadero anarquismo no tiene nada que ver con la decadencia y el deterioro, ni con la violencia y el terror sin sentido. El verdadero anarquismo puede proporcionar una alternativa real y tangible a la continua decadencia de la sociedad occidental.

"Anarquía" viene del griego "an archos", es decir, "sin reglas/mandato". Sin embargo, esto no significa que los anarquistas crean en el desorden, ya que en este caso el término "reglas" está asociado a la forma en la que una sociedad está organizada de acuerdo con un código de comportamiento o conducta determinado.  Sugerir que una comunidad no debería tener "mandato/gobierno", no significa pues que deba sumergirse en el caos absoluto, ya que las reglas están ligadas a una apreciación del orden natural, y a un rechazo absoluto hacia las leyes artificiales creadas por el hombre y establecidas por imperios, estados y otras formas de control gubernamental o administrativo.  Pero esto no quiere decir que una comunidad anarquista no sea capaz de adherirse a un conjunto de creencias, valores o principios. Al contrario, simplemente significa que el orden natural tiene prioridad en todo momento. De hecho, el orden natural es la forma más orgánica de organización social del planeta, ya que permite al hombre vivir tal y como la naturaleza misma pretendía: no como animales salvajes o en un estado de ignorancia perpetua, pues el hombre posee una inteligencia superior, si no de forma que nuestras necesidades, instintos y deseos más básicos queden satisfechos. Las leyes y los sistemas gubernamentales intentan esclavizarnos, pero dentro de un ambiente más natural y favorable podemos cumplir con nuestro verdadero destino y redescubrir el ya olvidado vínculo entre la especie humana y el medio ambiente. Como alternativa a formar parte de un sistema en el que las reglas son impuestas a la fuerza, los nacional-anarquistas creemos en la autoridad natural. Las jerarquías son un hecho indudable dentro de la naturaleza, pero son completamente distintas a los sistemas de clases artificiales que se encuentran en las sociedades occidentales contemporáneas. El liderazgo, por ejemplo, debería ser fomentado, pero conlleva responsabilidad, y, dentro de un contexto anarquista o tribal, el jefe o "macho alfa" solo es tan fuerte como su comunidad/tribu. Como dijo Rudyard Kipling, "la fuerza de la manada es el lobo, más la fuerza del lobo es la manada". A diferencia del abismo presente hoy en día entre los que gobiernan y los que son gobernados, ambos conceptos son inseparables y necesariamente complementarios.

Cuando Marx y Engels publicaron el Manifiesto Comunista en 1848, los trabajadores y campesinos de Europa creyeron haber encontrado finalmente una solución a la desbocada codicia y crueldad del capitalismo. Pero lo que Marx propuso no era más que una tosca forma de totalitarismo a la cual llamó "la dictadura del proletariado", y que simplemente supuso la creación de una nueva clase dominante, perpetuando así la esclavitud salarial masiva. Pero los comunistas no fueron los únicos "opositores" al capitalismo.  Al mismo tiempo, un francés llamado Pierre-Joseph Proudhon lanzó un ataque contra tanto el capitalismo como el comunismo, firmemente convencido de que este último atentaba contra el individualismo. En consecuencia, varios anarquistas rusos, entre los cuales figuraban Mijaíl Bakunin y Piotr Kropotkin, también intentaron denunciar la inutilidad del marxismo, y propusieron un futuro mundo descentralizado, formado por colectivos dentro de los cuales las personas tendrían más autonomía y podrían expresar su propia identidad. Sin embargo, durante el siglo XX, las filas del anarquismo fueron infiltradas por comunistas y lo que comenzó como un ideal noble, caracterizado por un creencia en la libertad y la identidad, se rebajó a no más que una burocracia izquierdista partidaria de lo "políticamente correcto" que tan familiar nos resulta hoy en día. No hay duda de que la Izquierda ha arrastrado la orgullosa bandera de la anarquía por el fango, mancillando seriamente la imagen del anarquismo como consecuencia, pero es por esta misma razón que el mundo está preparado para un nuevo ideal: el nacional-anarquismo. Pero, ¿en que se diferencia el nacional-anarquismo del resto del fenómeno anarquista, y que es lo que ofrece?

Nuestra visión, en resumen, es establecer pequeñas comunidades-aldea en las cuales la gente tenga su propio espacio en el que vivir según sus propios principios. Estos principios dependerán de la naturaleza de la gente que forme la comunidad, ya que lo último que pretendemos es imponer ningún tipo de sistema rígido o dogmático. Por lo tanto, los nacional-anarquistas podrían ser cristianos o paganos, campesinos o artesanos, heterosexuales u homosexuales... Lo único que importa es que las comunidades nacional-anarquistas sean autosuficientes. También deberían ser mutualistas en vez de coercitivas, es decir, que la gente debería  ser libre de ir y venir como guste. Si una persona no está de acuerdo con el principio unificador de una comunidad nacional-anarquista, solo tendría que trasladarse a otra. Por otro lado, las comunidades tendrían que ser respetuosas con sus vecinos y estar preparadas para defenderse contra forasteros.

Por último, aclarar que, frente a los intentos cada vez más desesperados de nuestros enemigos tanto de la Derecha como de la Izquierda, no estamos haciendo uso del anarquismo como táctica para encubrir ningún tipo de agenda secreta fascista. Vamos completamente en serio. Además que, como mutualistas que somos, nos atenemos al principio de "vive y deja vivir". Cada persona es diferente y tiene valores distintos. En las sociedades modernas pluralistas, esos valores individuales suelen diferir, resultando inevitablemente en que ciertos valores se antepongan a otros, o directamente los eliminen. Creemos que ciertos valores merecen ser preservados para las futuras generaciones, y es por ello que deseamos crear un ambiente en el que esto sea posible. El nacional-anarquismo es, pues, anarquismo sui generis. Un tipo de anarquía único.


Más información al respecto:


Victor Anduril, Anarchic Philosophy, The Rising Press, 2000.

Clifford Harper, Anarchy: A Graphic Guide, Camden Press, 1987.

Richard Hunt, To End Poverty: The Starvation of the Periphery by
the Core, Alternative Green, 1997.

Ernst Junger, Eumeswil, Quartet Books, 1995.

Peter Marshall, Demanding the Impossible: A History of
Anarchism, Harper Perennial, 2007.

James J. Martin, Men against the State: The Expositors of
Individualist Anarchism in America, 1927-1908, Ralph Myles
Publisher, 1970. [publicado en castellano como "Hombres contra
el estado"]

Max Stirner, The Ego and Its Own, Rebel Press, 1993. [publicado
en castellano como "El único y su propiedad"]

Henry David Thoreau, Walden and Other Writings, Bantam Books,
1989. [publicado en castellano como "Walden, la vida en los
bosques"]

Benjamin R. Tucker, Instead Of A Book, By A Man Too Busy To
Write One, Elibron Classics, 2005. [publicado en castellano como
"En vez de un libro"]

George Woodcock (Ed.), The Anarchist Reader, Fontana, 1977.
[publicado en castellano como "El lector anarquista"]

George Woodcock, Anarchism: A History of Libertarian Ideas and
Movements, Pelican, 1986. [publicado en castellano como
"Anarquismo: Una historia de las ideas y los movimientos
libertarios"]




Tercera parte: El fracaso de la Izquierda


"La única diferencia entre un rebaño de rusos
serviles y una muchedumbre de ingleses "libres",
ambos entrando en una fábrica por la mañana, es que el
segundo será explotado para un beneficio privado,
mientras que el primero lo será para el beneficio del
Estado de forma comunal. El motivo de los amos rusos
es establecer una cómoda burocracia para ellos y sus
amigotes a través de la labor del proletariado. El motivo
de los amos ingleses es incrementar sus fortunas privadas
a través de la labor del proletariado. Pero nosotros
queremos algo distinto" - Hilaire Belloc


"Karl Marx, que pasó la mayor parte de su vida en un
salón de la Biblioteca Británica, probablemente tuvo el
mínimo contacto posible con la naturaleza pudiendo aún
así sobrevivir. Esto resultó en que su filosofía
ignorase casi por completo todo lo que no es humano. Marx era
consciente de que la comida provenía del campo. Sabía
que, en algún sitio, tenía que haber gente que la cultivaba.
Su objetivo era rescatar a estas personas imaginarias de
lo que él llamó "la idiotez de la vida rural". ¿Cual es la diferencia
entre “la idiotez de la vida rural” y la idiotez de pasar toda tu vida en la
Biblioteca Británica?" - John Seymour


Las teorías de Karl Marx que aparecieron a mediados del siglo XIX eventualmente dieron sus frutos durante la Revolución Rusa de 1917. A lo largo de 90 de los más brutales y sangrientos años de la historia de la humanidad, el homicida experimento comunista llevado a cabo en Europa del Este y en el lejano oriente fue tan odiado y despreciado como su homólogo capitalista en Occidente.

Los izquierdistas de hoy en día sostienen que, después de la muerte de Vladimir Illych Lenin en 1924, su revolución fue corrompida por Josef Stalin. Sin embargo, no hay que olvidar que el famoso héroe de las "brigadas anti-estalinistas", Leon Trotsky, fue financiado por Wall Street. La afinidad entre Trotsky y los banqueros no surgía de una ideología común, si no de origen étnico. Los ricos banqueros judíos de Nueva York tenían pocos escrúpulos a la hora de proporcionar asistencia a sus homólogos bolcheviques en la Rusia Zarista, sobre todo teniendo en cuenta que esto les proporcionaba una oportunidad para quitarse a la Monarquía rusa de en medio, y poder crear así nuevos mercados listos para ser explotados. La conexíon étnica entre capitalismo y comunismo es irrefutable. En 1918, el Partido Bolchevique estaba bajo el control casi absoluto de activistas de origen judío jazar. Según Robert Wilton, corresponsal ruso del periódico The Times, "de los 556 altos cargos del Estado Bolchevique entre 1918-1919, 17 era de origen ruso, 2 ucranianos, 11 armenios, 35 letones, 15 alemanes, 1 húngaro, 10 georgianos, 3 polacos, 3 finlandeses, 1 checo, 1 caraí de Crimea, y 457 de origen judío. Si al lector le sorprende la enorme presencia judía involucrada en el asesinato de la familia real rusa, débese tener en cuenta la predominancia numérica de los judíos en la administración soviética" [Les Derniers Jours des Romanof, Thornton Butterworth, 1920, p.29]. Las observaciones de Wilton fueron validadas más adelante por Hilaire Belloc, quien en 1937 escribía, "Respecto a aquellos que desconocen que el presente movimiento revolucionario bolchevique en Rusia es judío, solo puedo decir que deben de ser hombres influenciados por la supresión de información de nuestra penosa prensa" [G.K.'s Weekly, 4 de febrero de 1937].Winston Churchill también observó el indudable carácter judío del bolchevismo en la edición del 8 de febrero de 1920 del periódico The Illustrated Sunday Herald, diciendo que "no hay necesidad de exagerar el papel desempeñado por estos judíos internacionales (y, la mayoría de ellos, ateos) en la creación del bolchevismo y la presente Revolución Rusa. Es desde luego extraordinario, y probablemente supere al resto" [Illustrated Sunday Herald, 8 de febrero de 1920].

A pesar de que, en sus comienzos, el anarquismo tenía mucho que ofrecer a aquellos que vivían bajo la bota de las antiguas monarquías europeas y, consecuentemente, de la nueva clase capitalista que surgió a partir de la Reforma Protestante y la Ilustración, el desarrollo de la Izquierda pronto resultó en la infiltración del anarquismo. Los grupos que actualmente dirigen los "movimientos anti-capitalistas" suelen estar capitaneados por izquierdistas dogmáticos y controladores obsesivos, los cuales gustan de afirmar que los nacional-anarquistas están intentando subvertir el anarquismo para sus propios fines. Pero esto no es cierto. Como ya hemos explicado anteriormente, una y otra vez, no somos ni "racistas" ni "supremacistas" con ningún tipo de intenciones ocultas. Nosotros hemos formulado un programa para combatir la continua degeneración de la sociedad occidental y asegurar que conceptos como la diversidad, la identidad y el patrimonio cultural sobreviven el inminente colapso del sistema.

Desgraciadamente, parece que la mayor parte de la Izquierda no descansará hasta que consiga organizar cada minuto y aspecto de la vida de las personas. Es como una enfermedad que se perpetúa a sí misma. Esta es la razón por la cual la Izquierda habla del "derecho a trabajar" cuando, como puntualiza Bob Black, el verdadero problema es el trabajo en sí. La Izquierda, al igual que la Derecha totalitaria, se niega a tolerar a nadie que intente salirse de su vision de una sociedad integradora. Algunos de nosotros, sin embargo, no queremos formar parte de esto, y seremos "socialistas" solo entre nosotros y los nuestros. En este aspecto somos un movimiento elitista que se aferra firmemente a la idea de la meritocracia. Lo que no aceptamos es la idea de que todos somos "iguales".

La cuestión del igualitarismo es uno de los principales escollos para la Izquierda contemporánea, y surge de las pobremente concebidas ideas de "tabula rasa" del filósofo inglés John Locke. Esta idea absurda sostiene que los humanos venimos al mundo como un "folio en blanco" y absorbemos todo lo que hay a nuestro alrededor como si de una esponja se tratase. Pero el caso es que no estamos influenciados solamente por factores ambientales o aquellas impresiones causadas por nuestro entorno más inmediato, si no que también heredamos muchos rasgos genéticos de nuestros padres, abuelos y bisabuelos. Hasta cierto punto pues, ya hemos sido moldeados incluso antes de dejar atrás el útero materno, y esto puede tener un impacto considerable sobre el tipo de persona en el que eventualmente acabaremos convirtiéndonos. El clima socio-económico en el cual uno nace y se cría tendrá efectos sobre la forma en la cual nos desarrollamos, por supuesto. Pero los factores genéticos tienen mucho más peso que las condiciones ambientales, y no deben ser ignorados.

Por lo tanto, asumir que los humanos somos todos de alguna manera "iguales" es ridículo. Por otro lado, esto no significa que aquellas personas menos inteligentes o con discapacidades físicas deban ser tratadas con desprecio o crueldad. Aquellos que poseen una habilidad superior en ciertos campos tienen una responsabilidad sobre aquellos que muestran menos. La humanidad, como el resto de la naturaleza, es jerárquica, y las fantasías progresistas de la Izquierda de un mundo en el que todo el mundo obtiene el mismo rango, inevitablemente da lugar a un proceso de "(des)nivelación" en el cual opresivas leyes son adoptadas para rebajar a los más "fuertes" o “hábiles” al mismo nivel que los más "débiles" y "resentidos". Los nacional-anarquistas creemos en alentar a la gente a alcanzar su máximo potencial, no en obligarles a rebajarse a un mínimo denominador común.

Las políticas izquierdistas inevitablemente desembocan en barbarie y totalitarismo, y es por esto por lo que el capitalismo ha conseguido prosperar hasta su forma actual. Cuando la Izquierda obtiene el poder, simplemente administra el capitalismo de forma ligeramente distinta, a través de los órganos burocráticos del Estado. Aún así, la estrategia de la Izquierda ha sido muy eficaz y no hay razón por la que tácticas tales como el entrismo, el sabotaje industrial, los piquetes, la recaudación de fondos o la acción comunitaria no puedan ser utilizadas por los nacional-anarquistas. Es por esta razón por la cual hemos recomendado varios textos de Derek Hatton sobre militancia y otras formas de organización que han logrado infiltrarse con éxito tanto en ayuntamientos como en las filas de sus oponentes.

Para concluir, decir que los nacional-anarquistas rechazamos tanto el Estado como el capitalismo privado, y queremos asegurarnos de que el "poder" comienza por la base y se canaliza hacia arriba. Nuestra visión se encuentra alejada de la visión deshumanizadora del "Estado obrero" de la Izquierda, en el cual el pueblo está representado no como individuos, si no como unidades económicas listas para ser explotadas. No te confundas, la Izquierda no ofrece ningún tipo de alternativa y debe ser rechazada.


Para más información:


Blake Baker, The Far Left: An Expose of the Extreme Left in
Britain, Weidenfeld & Nicolson, 1981.

Mikhail Bakunin, Marxism, Freedom and the State, Freedom Press,
1998. [publicado en castellano como "El marxismo, la libertad y
el estado"]

Bob Black, The Abolition of Work and Other Essays, Loompanics
Unlimited, 1985. [publicado en castellano como "La abolición del
trabajo"]

James Callaghan, The Far Left in British Politics, Basil
Blackwell, 1987.

Michael Crick, Militant, Faber and Faber, 1984.

Rev. Denis Fahey, The Rulers of Russia, editorial anónima,
1984.

Derek Hatton, Inside Left: The Story So Far, Bloomsbury, 1988.

Douglas Hyde, I Believed: Autobiography of a Former British
Communist, Reprint Society, 1952.

Arthur Koestler, Darkness At Noon, Vintage, 2005. [publicado en
castellano como “El cero y el infinito”]

George Orwell, Animal Farm, Penguin, 1951. [publicado en
castellano como "Rebelión en la granja"]

Antony C. Sutton, Wall Street and the Bolshevik Revolution,
Veritas, 1981. [publicado en castellano como "Wall Street y la
revolución bolchevique"]

Nigel Young, An Infantile Disorder: The Crisis and Decline of
the New Left, Routledge & Kegan Paul, 1977.

Yevgeny Zamyatin, We, EOS, 1999.





Cuarta parte: Contra el Estado, la comunidad


"Habrá una transformación cualitativa, una nueva forma
de vida, una revelación vivificadora, un nuevo cielo y
una nueva tierra, un joven y poderoso mundo en el que
nuestras actuales discrepancias se convertirán en una
unidad armoniosa" - Mijaíl Bakunin


"Un buen hombre y un buen ciudadano no son
necesariamente lo mismo" - San Agustín


No nos hacen falta escándalos económicos en los ministerios, corrupción entre altos cargos y políticos mentirosos para convencernos de que la democracia parlamentaria es una farsa. El sistema en sí está podrido hasta la médula.

En el pasado, el proceso político consistía de un pequeño grupo de jefes tribales, guerreros y representantes espirituales, los cuales se reunían periódicamente para discutir las necesidades y aspiraciones de sus respectivas comunidades, particularmente con respecto a temas de seguridad y bienestar. Por supuesto, la política siempre ha estado abierta a los abusos, pero la tradición anglosajona (germánica) del Witenagemot (también conocida como Witan) es uno de los ejemplos más descentralizados de como nuestros antepasados ejercían una forma de autoridad política que debía ser canalizada desde las bases hacia arriba. Aquellos involucrados en este sistema poseían un sentimiento de deber y responsabilidad hacia los suyos, al contrario que los políticos de hoy en día, que están todos metidos en el ajo.

El Witenagemot comenzó como un fenómeno inequívocamente tribal, e incluso el espacio dedicado a estas asambleas populares era bastante indeterminado y esporádico. Desgraciadamente, a raíz de la invasión y subsiguiente conquista normanda de Inglaterra en el año 1066, el Witenagemot fue transformado en la elitista Curia Regis, cuya función fue asesorar a la monarquía, y que poco después se convirtió en el primer parlamento. Este sutil cambio facilitó al establecimiento normando poder concentrar el poder en las manos de un número de personas cada vez menor. Tras la Guerra Civil Inglesa del siglo XVII, el poder de la monarquía fue restringido, mientras que el parlamento se hizo más poderoso. Sin embargo, en lugar de facilitar el que la gente de a pie pudiese expresar su opinión sobre los asuntos del día a día, el parlamento se convirtió en una herramienta al servicio de los terratenientes y las clases dirigentes.

El principal problema de la democracia parlamentaria es el hecho de que es representativa. Aunque es posible votar por un partido político o elegir a un determinado político de tu propia localidad, este individuo no puede ser reemplazado durante varios años, dependiendo del país en cuestión y del sistema parlamentario que dicho país haya adoptado. Sin embargo, y como bien sabemos, los políticos no son muy eficientes a la hora de mantener sus promesas, y suelen dar un giro de 180 grados al poco de ser elegidos. Así pues, un político dirá que representa los intereses del ciudadano, cuando en realidad no representa más que los intereses de su propio partido. El término en sí ("partido") se refiere solo una parte del todo. A pesar de que, en teoría, un diputado representa a la gente de una zona determinada, solamente una parte del total de esa comunidad tiene la posibilidad de expresar sus deseos (es decir, los que votaron por ese diputado). ¡Y esto sin tener en cuenta que aquellos que se toman la molestia de ir a votar no son más que una minoría del total de la población, ni que los políticos rara vez cumplen sus promesas!

En vez de una democracia representativa, a través de la cual los políticos no sirven más que a sus propios intereses a costa de la comunidad en nombre del Estado, los nacional-anarquistas creemos en la participación popular. Dicho de otra forma, en vez de votar a políticos cada 4 años y dejar que hagan lo que les venga en gana, creemos que los propios ciudadanos deben tomar un papel activo en la política. No a escala nacional, si no dentro de sus propias localidades. En vez de políticos profesionales, los nacional-anarquistas proponemos delegados, personas que deben ser un reflejo de los deseos de la gente o ser reemplazados inmediatamente. Este proceso actuaría como protección contra la corrupción y la irresponsabilidad, asegurando que la gente tenga voz con respecto al funcionamiento de su propia comunidad. Esto significaría, dicho de otra manera, un retorno al antiguo sistema del Witenagemot.
A pesar de que los nacional-anarquistas no creemos en la aplicación de una forma de "gobierno" centralizado, sí que aceptamos que el sistema de toma de decisiones será algo subjetivo a cada comunidad individual, "comunidad" siendo la palabra clave.

El hecho de que la gente haya puesto tal cantidad de poder en manos del Estado ha resultado en el progresivo deterioro de las tradiciones y valores de nuestras comunidades. Las leyes nacionales y constitucionales son un fenómeno relativamente moderno, y asumir que los humanos somos incapaces de organizarnos en pequeñas comunidades unidas por lazos muy estrechos significa ceder toda responsabilidad al Estado. Piénsalo, ¿de verdad quieres dejar las cosas en manos de empresarios, políticos, concejales, jueces, alguaciles, recaudadores de impuestos, terratenientes, soldados, policías y profesores, o preferirías ver como las comunidades recuperan el poder, la riqueza y el derecho a la defensa que les son legítimos? Cuanto menos dependamos del Estado y sus organismos, más irrelevantes serán. Obviamente una vez esto ocurra ya no serán necesarios y los podremos dejar atrás. Luchamos pues, por la comunidad, contra el Estado.


Para más información al respecto:


Ray Bradbury, Fahrenheit 451, Grafton, 1976.

Anthony Burgess, A Clockwork Orange, Penguin, 1984. [publicado
en castellano como "La naranja mecánica"]

Aldous Huxley, Brave New World, Grafton, 1977. [publicado en
castellano como "Un mundo feliz"]

Peter Kropotkin, The State: Its Historic Role, Freedom Press,
1987. [publicado en castellano como "El estado y su rol
hostórico"]

Peter Kropotkin, Mutual Aid, Freedom Press, 1998. [publicado en
castellano como "El apoyo mutuo"]

George Orwell, Nineteen-Eighty-Four, Penguin, 1983. [publicado
en castellano como "1984" o "Mil novecientos ochenta y cuatro"]

Muammar al-Qathafi, The Green Book, World Centre for Research,
1977. [publicado en castellano como "El libro verde"]




Quinta parte: Separatismo racial


"El objetivo de nuestro tiempo es concentrar, no disipar; renovar
nuestra relación con la sabiduría tradicional; restablecer esa
conexión vital entre el individuo y la raza. Es, en resumen, una
lucha contra el liberalismo" - T.S. Eliot


Por lo que a la Izquierda respecta, el nacional-anarquismo no es más que una forma de fascismo genérico, o, según algunas de las teorías más paranóicas, una conspiración de la Derecha dedicada a la subversión de la propia Izquierda. No hace falta decir que esta interpretación es incorrecta, y que los nacional-anarquistas estamos firmemente en contra a toda forma de estatismo y reacción. Al mismo tiempo, el componente "nacional" del término nacional-anarquismo proviene del hecho de que somos separatistas raciales. Sobra decir que, aunque deseamos establecer comunidades anarquistas étnicamente orgánicas, estamos en contra de actitudes negativas o contraproducentes que promuevan el odio racial, así como la violencia indiscriminada. Las políticas de base racial han sido casi siempre el dominio de las organizaciones de derechas. Pero el hecho de que los nacional-anarquistas estemos preparados para tratar un tema tan delicado no debería ser razón para que se nos acuse erróneamente de ser otra organización derechista dedicada a promulgar la "supremacía blanca", pues el nacional-anarquismo trasciende más allá de Izquierda o Derecha. No somos supremacistas, racistas, estatistas ni totalitarios. También decir que tanto los nacional-socialistas alemanes como los fascistas italianos del siglo XX se aliaron con grandes bancos y traicionaron los aspectos más "socialistas" de sus programas originales. Nosotros somos anarquistas auténticos y orgullosos de ello.

Las organizaciones de la Derecha que abogan tanto un endurecimiento de las leyes de inmigración como la repatriación de personas de origen no-europeo a sus países de origen, inevitablemente intentan jugar siguiendo las normas del sistema, para al final no salir bien parados. Esto tiene una sencilla explicación. No solo acaban siendo seducidas y posteriormente corrompidas por el establecimiento paralamentario, teniendo así que hacer concesiones con respecto a su programa original para poder avanzar en el proceso electoral, si no que acaban reafirmando las absurdas “realidades” de las naciones-estado modernas, sin reconocer la diferencia que existe entre ciudadanía y etnia. Como ya explicamos en la introducción de este manifiesto, la Revolución Francesa de 1789 transformó una nación de súbditos monárquicos en una de "ciudadanos de una nueva república". Pero, dejando de lado el hecho de que el lema patriotero de "libertad, igualdad y fraternidad" nunca se llevó a cabo, la Revolución hizo posible que un individuo pudiese formar parte de la nación francesa mediante un documento de "nacionalidad", en vez de como resultado de ser de origen étnico francés. Este sutil cambio dió vía libre a los capitalistas modernos para traer inmigrantes del tercer mundo que presuntamente son tan "franceses", "ingleses", "alemanes" o "españoles" como aquellos de nosotros cuyo linaje se extiende miles de años atrás. Así pues, las "naciones" de hoy en día no son más que una farsa y, dando crédito a estas entidades artificiales, la Derecha no hace más que fortalecer el mito liberal democrático. Sin embargo, debido a la inmigración en masa y los cambios demográficos, las poblaciones de las "naciones" occidentales contemporáneas se encuentran en una situación de cambio perpetuo, y el establecimiento hace un esfuerzo por redefinir constantemente el concepto de nación. Las poblaciones multiraciales de Europa y Norteamérica no pueden ser llamadas "naciones" en absoluto. Gente de abolengo no europeo pueden ser "nacionales" y tener un pasaporte válido que certifique que han sido "naturalizados" bajo las leyes del Estado, pero una verdadera nación se basa en factores étnicos. Nombres como "Inglaterra", "Francia" o "Alemania" tenían originalmente relación con ciertas tribus, que no eran ni moriscas, ni beduinas, ni zulú; así que el hecho de que las naciones-estado modernas ya no reflejen dicha identidad étnica indo-europea (o por lo menos no completamente) no hace más que reforzar el hecho de que son una farsa. ¿Sigue siendo el norte de París, con su población principalmente africana, francés? ¿Son los turcos que se han asentado en Alemania alemanes? Por supuesto que no.

La raza define quienes somos, nos proporciona una identidad y existe por una buena razón. Si no mantenemos esta diversidad tan esencial, algo que se encuentra en toda la naturaleza, el mundo se convertirá en un uno cada vez más monótono y estandarizado, en el que todas las personas serán parte de una humanidad uniforme color café. Los nacional-anarquistas deseamos preservar las diferentes razas del mundo, y creemos que el multiracialismo resultará en la disolución de todas las razas. El separatismo racial es la única manera de restaurar el balance orgánico. Entendemos que sería imposible separar a la gente en las grandes ciudades, muchas de las cuales tienen hijos biraciales o simplemente desean vivir con gente extranjera, ni creemos que haya necesidad. Creemos que las naciones-estado occidentales se derrumbarán en algún momento durante las próximas décadas y que nuestros países empezarán a fragmentarse a lo largo de líneas raciales o culturales. Así pues, no hay necesidad de tratar a las personas de manera inhumana metiéndoles en campos de concentración o deportándoles como hicieron los Nazis o los Soviéticos del siglo pasado (algo que acabó en desastre para todos). Los nacional-anarquistas debemos formar nuevas comunidades basándonos en nuestras identidades raciales y culturales. La máxima del futuro será “respeto por los demás y unión en diversidad”.


Para más información al respecto:


 Dr. John R. Baker, Race, Oxford University Press, 1976.

ENM, Forgotten Ideals: National-Socialism Before 1933, The
Rising Press, 1996.

H.B. Isherwood, Racial Integration, Britons Publishing Co.,
1966.

Jean Raspail, The Camp of the Saints, JR, 1973. [publicado en
castellano como “El desembarco”]

Douglas Reed, Nemesis? The Story of Otto Strasser, Jonathan
Cape, 1940.

Douglas Reed, The Prisoner of Ottawa, Jonathan Cape, 1953.

Troy Southgate, Hitler: The Adjournment, Iron Sky Publishing,
2010.

Troy Southgate, Fascists, Nazis or Neither?: Ideological
Credentials of the British Far Right, 1987-1994, The
Palingenesis Project, 2010.

Lothrop Stoddard, Racial Realities in Europe, Historical Review
Press, 1981.

Otto Strasser, Hitler and I, Jonathan Cape, 1940.

Antony C. Sutton, Wall Street and the Rise of Hitler, Bloomfield
Books, 1976.




Sexta parte: Autarquía económica


"Si desea seguir siendo esclavo de los bancos y pagar el precio
de su propia esclavitud, deje pues que los bancos sigan creando
el dinero y controlando el crédito" - Sir Josiah Stamp


"Dadme el control de la moneda de un país y no me importa quién
haga las leyes" - Meyer Amschel Rothschild


"Así pues, será cada vez menor el poder de los poderes
financieros sobre nosotros, pues no importa lo que ellos llamen
divisa si estás intercambiando jamones por servilletas, o cerdos
por pianos" - G.K. Chesterton


Los últimos años han sido testigo de como los bancos internacionales se han vuelto cada vez más y más materialistas, llegando a absorberse los unos a los otros en una avariciosa guerra de todos contra todos. Cierto es que no hay lugar para los sentimientos en el mundo de los negocios, pero el dinero no fue siempre usado para ganancias particulares, si no que comenzó como una forma de intercambio. Y antes de esto, obviamente, la gente intercambiaba objetos sin necesidad de dinero en forma de trueque. Desde entonces, el dinero se ha convertido en un producto en sí y los codiciosos especuladores e intermediarios han devorado nuestras comunidades como una piraña económica. Mediante préstamos con intereses desorbitados, los usureros, prestamistas y acreedores han incrementado su férreo control sobre nuestras economías nacionales. Pero mientras que los usureros pueden crear dinero con tan solo pulsar un botón, sus clientes tienen que devolverlo en honorarios reales, incluyendo intereses. Da igual cuanto dinero o lingotes de oro tengan en sus cámaras acorazadas, los bancos simplemente entregan un trozo de papel con números y esperan que se les pague con dinero real dentro de un período de tiempo acordado. Sin embargo, si una persona se queda sin empleo o no puede seguir reembolsando al banco, los alguaciles incautarán su propiedad o, en muchos casos, su hogar.

Los usureros manipulan gobiernos encadenándoles a la deuda nacional. Esto les ocurre a aquellos países que han pedido un crédito para financiar una guerra o poder subvencionar una economía decadente, pero para poder pagarlo han de subir los impuestos, provocando una disminución de la calidad de los servicios públicos, afectando más todavía a los más pobres. Así pues, ¿cuáles son las alternativas económicas a este sistema?

Hace mucho que predijimos el colapso del sistema internacional debido a su propio peso, pero tú nos puedes ayudar a acelerar este proceso actuando fuera del sistema lo máximo posible. Siempre ha habido un mercado negro, pero hay formas más legales de dar esquinazo a los bancos, prestamistas y recaudadores de impuestos. Un ejemplo sería adoptar un sistema de trueque, o establecer servicios de intercambios locales que permitan a la gente intercambiar habilidades y servicios entre ellos. Esto funciona creando un sistema de crédito parecido a la forma en la que se usaba el dinero antes de que este se corrompiera. Por ejemplo, si alguien te corta el pelo, se lo pagas cortándole el césped, o dándole clases de piano a su hija. Sin embargo, puede darse el caso que recibas un corte de pelo, pero no puedas ofrecer nada a cambio en el momento porque tu trabajo es estacional. Este problema puede ser solucionando mediante la designación de un contable comunitario que toma nota de todas las transacciones. Así pues, si alguien le debe algo a alguien por un servicio que ha recibido, la persona que proporcionó el servicio recive una nota de crédito o el equivalente de la moneda local. Todo esto sin cobrar intereses a nadie. En Londres, por ejemplo, existe la llamada "libra Brixton", y por toda Europa y otras partes del mundo existen miles de comunidades que tienen su propia versión local de este sistema de trueque. Las monedas alternativas hacen que los burócratas y los recaudadores de impuestos se pongan echos un basilisco, pues significa que la gente está actuando fuera del sistema económico oficial, fortaleciendo la comunidad a costa del Estado.

Los nacional-anarquistas también podrían establecer comercios alternativos. Lo único que hace falta es un grupo de gente para cultivar su propia comida y fabricar sus propios productos, formar una cooperativa y participar en un sistema de trueque con otros nacional-anarquistas de su misma comunidad. En vez de usar la moneda nacional, los compradores podrían utilizar una moneda alternativa o pagar proporcionando un servicio. Estas estrategias pueden ser tan exitosas que a menudo el dinero rara vez cambia de manos, y todo el mundo se beneficia de la libertad económica que tal sistema proporciona. Recuerda: no tenemos por qué formar parte del sistema económico oficial. Investiga qué opciones tienes para alejarte de este sistema fraudulento y vivir de forma más independiente y autosuficiente.


Para más información:


 A.K. Chesterton, The New Unhappy Lords, Candour Publishing,
1975.

Denis Fahey, Money Manipulation and Social Order, Regina
Publications, 1974.

Caroline Humphrey & Stephen Hugh-Jones (Ed.), Barter, Exchange
and Value: An Anthropological Approach, Cambridge University
Press, 1992.

Institute of Economic Democracy, The Creation and Control of
Money, IED, undated.

Institute of Economic Democracy, The Money Trick, IED, fecha desconocida.

Duncan Long, Survival Bartering, Loompanics Unlimited, 1986.

Alexander Del Mar, Money and Civilisation, Omni Publications,
1975.

People Against Interest Debt, Usury: The Root Cause of the
Injustices of Our Time, P.A.I.D., 1989.

Richard Porter, Roots of Evil, RP, 1991.





Séptima parte: Reabastecimiento ecológico


"Una avenida de árboles había estado allí. Todos habían
desaparecido. Y mirando con consternación hacia la carretera que
conducía hacia Bolsón Cerrado, vieron en la distancia una alta
chimenea de ladrillo, escupiendo humo negro al aire de la tarde"
- J.R.R. Tolkien


"Al capitalismo no se le puede "convencer" de que limite su
crecimiento más que a una persona se le puede "convencer" de que
deje de respirar. Los intentos de "capitalismo verde", de hacerlo
más "ecológico", están condenados al fracaso por la propia
naturaleza del sistema, basado en el crecimiento ilimitado" -
Murray Bookchin


"Algún día los residuos de las ciudades dejarán de ser vertidos
en los ríos, y serán devueltos a la tierra, para cultivar comida
para la gente. Algún día el salmón brincará de nuevo en las
aguas claras de un río londinense, y la labor humana será
creativa y alegre. Algún día el alma de los hombres, encerrada
en sí misma durante largos siglos de dificultades económicas, se
levantará hacia la luz del sol de la verdad" - Henry Williamson


Mientras que el mundo moderno parece estar en un estado de desorden y caos generalizado, la perpetua importancia de la naturaleza como nuestra guía y fuente de inspiración continúa a atraer nuestro más sincero respeto y admiración. Pero, por desgracia, la gran mayoría de la gente parece estar alejada de sus orígenes, completamente desconectada de su patrimonio cultural y racial, así como de sus raíces.

En el pasado, el hombre tenía un vínculo inextricable con la tierra. No solo era su patrimonio cultural de gran importancia, si no que también sabía lo importante que era establecer y defender un territorio en el cual expresar sus valores y ambiciones. Desgraciadamente, debido a la severa destrucción del medio ambiente causada en nuestros días (y no menos en los países sobrepoblados de Europa y Norteamérica), es imposible vivir en harmonía con la naturaleza sin tener que mudarse fuera de las ciudades e irse al campo.

A lo largo de los siglos han habido muchos movimientos pro-rurales, algunos religiosos y otros políticamente idealistas, o incluso desastrosamente utópicos. Pero la visión nacional-anarquista con respecto a una revolución rural no es en lo más mínimo utópica, imposible o poco realista. Entendemos que cualquier intento de crear y mantener comunidades nacional-anarquistas será extremadamente difícil, pero tenemos que empezar ahora antes de que sea demasiado tarde.

La vida en las ciudades modernas es increíblemente frágil y la gente es totalmente dependiente de recursos exteriores. Electricidad, agua, gas, comida... Todos tienen que ser traídos de fuera. En caso de una catástrofe, o en una situación en la que el Estado decida limitar o cortar los suministros, no será posible ir al supermercado a por una bandeja de taquitos de jamón, o abrir el grifo y que salga agua. La existencia moderna y su cultura de "usar y tirar" están basadas en la comodidad, pero esto hace que las personas sean extremadamente débiles y, en época de crisis, en seguida se dan cuenta de que han perdido toda habilidad de llevar a cabo incluso las más tareas más simples y básicas para sobrevivir.

Los nacional-anarquistas deseamos poner fin a esta dependencia pasiva del Estado y reintroducir a la gente al mundo real, a lo orgánico. Para algunos esto será completamente imposible, y muchos serán incapaces de adaptarse al medio ambiente. Pero en el pasado la gente vivía en pueblos rurales completamente autosuficientes sin necesidad de apoyar a gobiernos que obtienen su poder y riquezas mediante la organización de guerras en el tercer mundo, robándoles así de sus recursos. La naturaleza posee todos los recursos que necesitamos.

El colapso económico que probablemente ocurrirá en Occidente resultará en caos y pánico total. Millones de personas morirán como resultado de su dependencia del Estado. Nosotros tenemos que asegurarnos de que estamos entre aquellos que pueden sobrevivir tal cataclismo, pero como no empecemos a formar nuestras propias comunidades-aldea ahora, caeremos junto con el resto. El primer paso es mudarse fuera de las zonas urbanas y comenzar a “recortar”. Piensa en aquello que será realmente necesario para la supervivencia de tu familia, en vez de aquello que sería innecesario o incluso extravagante. Estas cosas suelen ser cuestión de escala, y muchas de las cosas que ahora consideras importantes estarán obsoletas en el futuro. La supervivencia, por otra parte, nunca estará obsoleta, y es absolutamente necesaria.

Reubicarse a zonas rurales es solo el primer paso en ayudar a reabastecer el orden natural y vivir de acuerdo con la naturaleza. El siguiente paso es ser económicamente autosuficiente, y esto implica buscar fuentes de ingreso que nos permitan quedarnos en el campo y evitar ser succionados hacia las ciudades, como ocurrió durante la Revolución Industrial. Dicho de otra forma, estableciendo sistemas económicos alternativos como aquellos discutidos anteriormente (trueque, cooperativas...) fortalecerás tanto a tí mismo como a tu comunidad. Esto puede resultar un tanto intimidante para aquellos que tienen poca (o ninguna) experiencia en el campo, pero ya existen cientos de comunidades anarquistas y alternativas alrededor del mundo que son autosuficientes. Todo depende de cuan en serio te lo tomes y de aprender a priorizar.

La vivienda en el mundo moderno implica pedir una hipoteca al banco o alquilar viviendas a precios desorbitados a caseros explotadores, pero los nacional-anarquistas creemos que existen otras formas de vivienda para nosotros y nuestras familias. Juntando sus recursos, varios anarquistas han comprado parcelas de tierra en las que han construído sus propias viviendas alternativas. Estas casas pueden ser construídas, no solo de ladrillo y otros costosos materiales de construcción, si no con tapial, paja y otros materiales reciclados. Así pues, no solo el interior de estas casas es tan funcional y atractivo como el de las casas modernas, si no que también están hechas con materiales muy baratos, brindando oportunidad también a aquellos grupos que desean ser económicamente independientes, pero cuentan con presupuestos más reducidos. Este tipo de casas también pueden ser construídas bajo tierra, y utilizar energía solar, eólica e hidráulica.

El Movimiento Nacional-Anarquista también está comprometido con el restablecimiento de la artesanía rural y lo que antiguamente se conocía como "industria casera". En el pasado, la artesanía rural y tradicional floreció por toda Europa, dando lugar a oficios tales como tejedor, alfarero, panadero, herrero, herbolario, carpintero, encuadernador, sastre, cervecero, curtidor y cientos más que dependían de los recursos que tenían a mano. Muchos de estos oficios aún existen en las zonas más rurales, pero en muchos casos han pasado a depender de proveedores externos, con lo cual si siguen siendo autosuficientes o no es discutible. Muchos de estos oficios pueden parecer pintorescos o anticuados, pero esto se debe a que han sido desterrados por un torrente de sobreproducción industrial y basura comercial. La independencia económica te hace más fuerte.

Este estilo de vida también implica una intensa vida social. Los nacional-anarquistas queremos promover una industria musical alternativa y fomentar más tiempo libre en el cual la gente pueda organizar eventos deportivos, tocar música y crear su propio entretenimiento. Parece increíble que ciertas cosas de lo más naturales tengan que ser revitalizadas debido a la dependencia del individuo moderno de formas de entretenimiento pasivo como la televisión, los videojuegos o los ordenadores.

Hasta que aquellos de nosotros que estamos involucrados en la lucha ecológica no aprendamos a apreciar la realidad espiritual que liga al hombre con el medio ambiente, los reaccionarios, liberales e izquierdistas continuarán retrasando el reabastecimiento del orden natural. Los revolucionarios solo seremos capaces de revitalizar y recuperar el medio ambiente de las garras del capitalismo cuando descubramos aquello que se encuentra dentro de nosotros mismos. Es de vital importancia que aceptemos el hecho de que surgimos de la tierra y estamos destinados a volver a ella al final de nuestro breve paso por esta tierra. Así pues sin el reconocimiento de nuestras inherentes cualidades raciales y un territorio en el que expresar nuestra identidad tribal, seguiremos siendo una especie en peligro de extinción como el rinoceronte blanco, el panda gigante o la mariposa hormiguera. Mientras Europa y Norteamérica hacen frente a los catastróficos resultados de la vida urbana y el mestizaje suicida, los nacional-anarquistas no debemos olvidar que los humanos somos los guardianes naturales de la tierra y que nuestra extinción probablemente sería el mayor desastre ecológico de la historia. Es por esto que debemos intentar restablecernos en el corazón del campo.


Para más información al respecto:


Edward Abbey, The Monkey Wrench Gang, Perennial Classics, 2000.
[publicado en castellano como “La banda de la tenaza”]

Anna Bramwell, Blood and Soil, Kensal Press, 1985.

Anna Bramwell, Ecology in the 20th Century: A History, Yale
University Press, 1989.

Laurence Brander, Four Acres of Our Own, Warren House Press,
1979.

Jim Broadstreet, Building with Junk and Other Good Stuff: A
Guide to Home Building and Remodelling Using Recycled Materials,
Loompanics Unlimited, 1990.

William Cobbett, Cottage Economy, Oxford University Press, 1979.

David Easton, The Rammed Earth House: Discovering the Most
Ancient Building Material, Chelsea Green Publishing Company,
1996.

Ted Kaczynski, Industrial Society and It's Future: The
Unabomber's Manifesto, Green Anarchist, 1995. [publicado
en castellano como “La sociedad industrial y su futuro”]

Bruce King, Buildings of Earth and Straw: Structural Design for
Rammed Earth and Straw-Bale Architecture, Ecological Design
Press, 1997.

E.F. Schumacher, Small is Beautiful: A Study of Economics as if
People Mattered, Abacus, 1973.

Harold Sculthorpe, Freedom to Roam, Freedom Press, 1993.

John Seymour, Far From Paradise: The Story of Man's Impact on
the Environment, BBC, 1986. [publicado en castellano como
La historia del impacto humano en el ambiente”]

John Seymour, The Ultimate Heresy, Green Books, 1989.

John Seymour, Blueprint for a Green Planet, Dorling Kindersley,
1990.

John Seymour, The Complete Guide to Self-Sufficiency, Dorling
Kindersley, 2007. [publicado en castellano como “Guía práctica
de la vida autosuficiente”]

Erwin S. Strauss, How to Start Your Own Country, Loompanics
Unlimited, 1984.

Malcolm Wells, How to Build An Underground House, Malcolm Wells,
1994.



Octava parte: Educación alternativa


"Mejor que el hombre no tenga educación alguna a que sea educado
por sus gobernantes, pues esta educación no es más que la
introducción del buey al yugo, la mera disciplina del perro de
caza, el cual es obligado a abandonar sus impulsos naturales, y
en vez de devorar a su presa, se apresura a traerla a los pies
de su dueño" - Thoman Hodgkins


"Aquel que no quiere aplicar nuevos remedios, deberá esperar
nuevos males" - Roger Bacon


Una de las principales razones por las que la gente decide involucrarse en la política es la preocupación por el mundo que heredarán sus hijos. Como opositores al capitalismo, nos gustaría ver una nueva generación de jóvenes inculcados en nuestros propios valores positivos, pero, dentro de un sistema en el que la norma está establecida por las masas (de forma que el individualismo y la no-participación son disuadidos), esto es una petición bastante subversiva. ¿Estamos luchando una batalla perdida o es posible que, de alguna manera, podamos asegurarnos de que nuestro mensaje de descentralización política, social y económica sea heredado por las juventudes del mañana?

Nuestra opinión es que los objetivos políticos y económicos del Movimiento Nacional-Anarquista deben ser precedidos por una revolución espiritual que comience en los corazones y la mente de los individuos, y que después se propague dando ejemplo. Si no podemos cambiarnos a nosotros mismos, no podemos esperar motivar a otros a compartir nuestra opinión, y así ayudar a construir alternativas al sistema actual. Es más, si no damos buen ejemplo a nuestros hijos, inevitablemente los perderemos frente a la dominante anti-cultura de concursos televisivos, abortos por encargo, música gangsta-rap y reguetón, drogadicción y apatía conformista. La única manera de asegurar nuestra victoria es rechazando el sistema en sí y hacer de la educación de nuestros pequeños una prioridad.

Desde la segunda mitad del siglo XIX y el paulatino crecimiento del proletariado, los padres no han tenido la responsabilidad de educar a sus hijos, los cuales son depositados en "centros educativos" estatales, o financiados por este. Pero, ¿es justo que una madre que está en contra de la esclavitud salarial y la servidumbre económica se vea forzada a trabajar mientras que sus hijos son indoctrinados por el mismo sistema al que ella y su marido se oponen? Por supuesto que no. Imagínate a un niño de 15 años al cual sus padres le enseñan que las sociedades cazador-recolectoras de la periferia global están siendo socavadas por los peces gordos del núcleo industrial. Al mismo tiempo, ese mismo niño está aprendiendo en clase que la Ilustración y la Revolución Industrial son responsables de todas las mejoras de la sociedad, y tiene que hacer una redacción sobre La Riqueza de las Naciones, de Adam Smith. Aparte de ir a quejarse cada dos o tres días al director de que cierto profesor está contradiciendo sus creencias, no hay mucho que los padres puedan hacer en esta situación. La única alternativa es que los padres saquen a los niños del colegio y les eduquen en casa.

Según una fuente, "hay dos tipos de educadores en casa: los que tienen una filosofía, y los que tienen un problema". Pero, mientras que es cierto que muchos niños tienen problemas como puede ser el acoso escolar, tenemos que centrarnos principalmente en como se están desarrollando ideológicamente nuestros hijos. Frente al gradual declive de los niveles académicos de la sociedad moderna, muchos padres están explorando la opción de educar a sus hijos en casa para asegurarse de que reciben una buena educación. Esta idea es cada vez más popular entre ciertos grupos religiosos, sobre todo padres musulmanes o paganos que se han dado cuenta de que la única forma de asegurarse de que sus hijos reciben una educación acorde con sus tradiciones y valores étnicos es enseñarles ellos mismos. Debemos asegurarnos de que aquellos de nosotros que tenemos hijos hagamos buen uso de esta opción.

La educación en casa no es un concepto nuevo. Al fin y al cabo, antes de la aparición de las escuelas o los sistemas educativos, se consideraba algo perfectamente natural que los padres educasen y criasen a sus propios hijos, muchos de ellos considerándolo una responsabilidad sagrada. Hoy en día, muchos padres se están dando cuenta de que, aunque cada persona sea distinta y tenga necesidades diferentes, el currículum educativo nacional no hace más que demostrar como los sistemas educativos burocráticos son incapaces de satisfacer a todo el mundo. De hecho, todos los currículums escolares están empapados en propaganda, y aquellos padres que creen en la independencia y la creatividad están preocupados porque sus hijos no tengan la oportunidad de explorar alternativas políticas o espirituales. También es un hecho que cuanto menos dependamos de los órganos del Estado, más libertad tendremos en nuestras vidas.

Una vez comienzas a explorar las diversas opciones de educación alternativa, descubres que hay muchos grupos de autoayuda que pueden aconsejarte sobre como empezar. Poca gente es consciente de que los niños educados en casa no tienen por qué seguir el currículum nacional (NOTA DEL TRADUCTOR: esto depende del país de residencia de cada uno. Antes de proceder, documéntate sobre las opciones disponibles en tu país de residencia). De hecho, no tienen por qué hacer exámenes, no tienen por qué ceñirse a un horario, no tienen por qué tener un tutor cualificado para enseñarles, no tienen que trabajar durante las horas lectivas normales ni un número particular de horas cada semana. Los mismos padres pueden proporcionar sus propios materiales y planes académicos, dado que en la mayoría de países el Estado se niega a proporcionar ningún tipo de ayudas económicas a educadores en casa. A pesar de que la educación en casa pueda parecer un gasto considerable, sobre todo para la gente de clase trabajadora, los materiales escolares no tienen por qué ser tan caros. Hay una gran variedad de libros de texto que pueden ser pedidos a través de las bibliotecas públicas. Por otra parte, las librerías de segunda mano ofrecen una variedad de enciclopedias y otros materiales de estudio muy útiles a un precio muy reducido. Si varios nacional-anarquistas viven en la misma zona y desean crear un entorno educativo para sus hijos, pueden compartir libros, materiales y otros recursos entre ellos. Este entorno puede ser simplemente una habitación en una casa nacional-anarquista que haya sido equipada con una pizarra, libros educativos, materiales de dibujo y artísticos...

Varios estudios han demostrado que muchos niños educados en casa llevan dos años de ventaja con respecto a los niños educados en escuelas, y suelen demostrar mayor motivación. Los padres pueden crear interesantes programas educativos para sus hijos utilizando una amplia gama de recursos, desde programas de televisión educativos hasta museos locales. Las opciones disponibles incluyen clases normales, programas informáticos, lecturas, juegos, música, cocinar, manualidades, deportes y actividades al aire libre. Puede que a algunos padres les preocupe que la educación en casa pueda resultar en la exclusión de sus hijos de las universidades cuando tengan edad de graduarse, ya que la educación en casa no está orientada hacia examinaciones. Sin embargo, muchas universidades dan la bienvenida a estudiantes educados en casa, ya que creen que dichos estudiantes poseen una pasión por el conocimiento, así como una independencia y autonomía, que les permitirá destacar en carreras intelectualmente estimulantes. Así pues, las escuelas pasarían a ser algo secundario a medida que la comunidad se convierte en una red de centros educativos en los que las personas se hacen cargo de la educación de sus familias.

Uno de los argumentos de los opositores liberales a la educación en casa es que los niños que se críen en este ambiente estarán "sobreprotegidos" o seran "socialmente ingenuos". Sin embargo, esta acusación puede ser fácilmente rebatida demostrando que la educación en casa protege la inocencia de la infancia de los estragos de la sociedad en la que vivimos. ¿Por qué no deberían los padres poder proteger a su prole de las trampas del capitalismo liberal? Otro argumento favorito de aquellos que prefieren los métodos de "educación en masa" tiene que ver con la socialización. Aunque es cierto que los niños tienen que relacionarse con otros niños, esta no es la razón por la que van al colegio. La labor de los colegios debería ser educar a los niños, no obligarles a acatar un cierto código de conducta. Los padres que educan a sus hijos en casa se aseguran de que están en contacto con otros niños a través de asociaciones, equipos y sociedades. La educación en casa permite al niño relacionarse dentro de su propia comunidad, en vez de ser sujeto a la tiranía y presiones de los grupos de adolescentes. Según la edición de marzo de 1996 de la revista Child Education (p.68) "varios estudios han demostrado que los niños educados en casa poseen mejores habilidades sociales y están mejor adaptados a la sociedad que aquellos de su misma edad educados en colegios. Los niños educados en casa suelen tener más experiencia a la hora de tratar con gente, tanto más mayor como más joven que ellos. Además, cuentan con la ventaja de haber aprendido mediante conversación y contacto más íntimo. En una clase de más de 30 alumnos, ¿cuántas veces se escucha de forma individual, se habla personalmente o se alenta a un niño?". ¡Un gran elogio si tenemos en cuenta que esto fue publicado en una revista producida por el sistema educativo!

Si padres nacional-anarquistas puedieran presentar a sus hijos a familias con ideas similares de su misma zona, sería posible prevenir que ningún "forastero" tuviera ningún tipo de influencia en sus vidas. Meter 30 o 40 niños de la misma edad en una habitación como si fuesen un rebaño de ovejas no hace más que crear un ambiente totalmente artificial que difícilmente prepara a los jóvenes para la dura realidad de la vida fuera de clase. La labor de la escuela no es más que convertir a los jóvenes en mano de obra lista para ser explotada, y, en vez de enseñarles sobre su cultura, historia y tradiciones, adopta un enfoque similar al de la cadena de producción para prepararles para la monótona servidumbre de las fábricas o las oficinas. Hay padres que creen que hay tiempo más que suficiente para acostumbrarse a la horrible realidad de los trabajos repetitivos y monótonos, y puede que escojan la educación en casa porque no quieren que sus hijos acepten tales restricciones, si no que esperan fomentar una iniciativa y autonomía que les prepare para una vida más interesante e intrépida.

Para terminar, decir que muchos de nosotros ya estamos comprometidos con este tipo de iniciativas y esperamos poder formar una red de educación alternativa en el futuro. La creciente desconfianza por parte de los padres hacia la incompetencia del sistema educativo estatal es una grieta en la armadura del enemigo que está esperando a ser explotada. Aquellos padres más concienzudos saben instintivamente que en el sistema hay algo que no funciona, y están buscando una salida. Este tipo de gente necesita nuestro ejemplo y motivación, y no hay razón por la que los nacional-anarquistas no puedan convertirse en uno de los principales partidarios de la educación en casa. Tenemos que formar centros de aprendizaje prácticos, en los cuales el equipo y las herramientas necesarias estén disponibles para aquellos que los necesiten. Tenemos que formar bibliotecas alternativas, en las cuales los niños tengan acceso a libros, películas y exposiciones alternativas. Tenemos que formar centros comunitarios para involucrar a la gente en actividades deportivas, musicales y dramáticas, así como eventos sociales, y formar centros de apoyo familiar, en los cuales padres y niños puedan discutir nuevos métodos de enseñanza útiles, y si hiciese falta, discutir problemas o dificultades que tengan. Hasta entonces, si eres un padre que no está dispuesto a ver como obligan a su hijo a tragarse una dósis diaria de "discriminación positiva" políticamente correcta, ten en cuenta las distintas opciones de educación alternativa que cada vez están más a nuestro alcance. No debemos olvidar que nuestro futuro alternativo depende de nuestros más pequeños.


Para más información al respecto:


Terry Dowty (Ed.), Free Range Education: How Home Education
Works, Hawthorn Press, 2000.

Education Otherwise, School is Not Compulsory: The Essential
Introduction to Home-Based Education, EO, 2000.

John Holt, How Children Learn, Da Capo Press, 1995.

John Holt, How Children Fail, Da Capo Press, 1995.

John Holt & Pat Farenga, Teach Your Own: The John Holt Book of
Homeschooling, Da Capo Press, 2003.

Richard North, Schools of Tomorrow: Education As if People
Matter, Green Books, 1987.



Novena parte: Defensa


"Una sociedad armada es una sociedad respetuosa. Los modales son
buenos cuando uno tiene que corroborar sus actos con su vida" -
Robert A. Heinlein


Los nacional-anarquistas no creemos ni por un momento que aquellas comunidades alternativas que consigan separarse del sistema vayan a ser inmunes a ataques continuos. La naturaleza humana es tal que, inevitablemente, siempre habrá gente de fuera que intente causar problemas o robarnos nuestros recursos. A pesar de que nosotros somos "descentralistas", hay muchos otros que no lo son, con lo cual nuestras tierras y pertenencias tendrán que ser enérgicamente defendidas, como cualquier otra comunidad. Los nacional-anarquistas rechazamos el utopismo y creemos que hay que ser realistas, pues nuestras comunidades-aldea tendrán que armarse de forma adecuada para poder sobrevivir. Sin embargo, esto no significa que la existencia de un cuerpo de policía o un ejército sea necesario.

Según explica John E. Pfeiffer en su libro The Emergence of Man (Harper&Row, 1969), "cuando un grupo sobrepasa las 500 personas, necesita algún tipo de control del orden". Esto se debe a que 500 es el número máximo de personas que un individuo puede llegar a conocer personalmente. Así pues, si la gente de una comunidad nacional-anarquista conoce a todos sus vecinos, la comunidad será más estable y pacífica. Al contrario que las sociedades urbanas anónimas de hoy en día, en las cuales la gente rara vez interactúa con sus vecinos (o intenta evitarlo lo máximo posible), la criminalidad se reduciría como consecuencia de que la gente viviese con todos sus parientes (tíos, tías, abuelos y abuelas, etc.), pues está demostrado que esto tiende a mantener el orden mediante lo que se conoce como "vergüenza" o "deshonra". Dicho de otra forma, la gente tiende a cometer menos crímenes si todo el mundo les conoce y existe la posibilidad de tener que enfrentarse a la vergüenza y el bochorno de ser descubiertos. Obviamente, esto no acabaría totalmente con la delincuencia, pero haría que este tipo de incidentes fuesen más aislados. Esto significa que no hay necesidad alguna de tener un cuerpo de policía, pues las comunidades nacional-anarquistas se defenderían a sí mismas como se hacía antes del establecimiento de las fuerzas policiales estatales (lo cual surgió como resultado de la sobrepoblación en las ciudades y pueblos más grandes). El momento en el que un agente de policía se pone el uniforme es el momento en el cual se separa del resto de la comunidad, lo cual no debe ocurrir jamás.

Lo mismo podría ser dicho de un ejército oficial, pues, a pesar de que los nacional-anarquistas tendrían que defenderse mediante el establecimiento de contactos con otras comunidades similares, esto se puede conseguir mediante un buen sistema de cooperación regional en vez de dejar la defensa en manos de un órgano estatal centralizado. Al contrario, proponemos que las comunidades nacional-anarquistas formen una confederación de milicias libremente organizadas, compuestas por individuos que normalmente desempeñen otras labores en la comunidad, pero que hayan recibido un buen entrenamiento en defensa personal o, si fuese necesario, en conflictos armados. En la Europa medieval, por ejemplo, los campesinos y artesanos servían unos cuantos días al año en el ejército privado de su señor feudal. Obviamente no estamos insinuando que la gente tenga que servir a un barón local o a ningún tipo de nobleza. Nuestro sistema sería parecido en el sentido de que miembros ordinarios de la comunidad (en especial la gente joven) tendrían una doble función, y por lo tanto poder proporcionar un tipo de "servicio militar intermitente". Esto precisará buena comunicación y entrenamiento, pero con el compromiso y determinación adecuados sería posible proporcionar una defensa efectiva dentro de un contexto más descentralizado. Por último, sobra decir que las armas estarían a disposición de la comunidad. Este sistema ha funcionado duante varios años de manera muy eficiente en Suiza, y, aunque poseer armas colleva una gran responsabilidad, el crimen con armas de fuego es extremadamente escaso. Los nacional-anarquistas también creemos en proporcionar ayuda y aconsejar respecto a temas tales como supervivencia, artes marciales y otras formas de defensa personal, todos ellos conocimientos importantes y que, a medida que la sociedad contemporánea continúa su descenso al caos y las calles son cada vez más peligrosas, son cada vez más esenciales.


Para saber más al respecto:


Marc 'Animal' MacYoung, Ending Violence Quickly: How Bouncers,
Bodyguards and Other Security Professionals Handle Ugly
Situations, Paladin Press, 1996.

J. Randall, Personal Defence Weapons, Loompanics Unlimited,
1992.

James Wesley Rawles, How to Survive the End of the World As We
Know It: Tactics, Techniques and Technologies for Uncertain
Times, Penguin, 2009.

Sun Tzu, The Art of War, New Dawn Press, 2007. [publicado en
castellano como “El arte de la guerra”]

John Wiseman, SAS Survival Guide, Collins, 1999.




Décima parte: Revolución


"Nada, nada mas que una guerra, una guerra sin piedad,
llevará a ninguna solución" - Piotr Kropotkin


"La pasión por la destrucción es una pasión creativa" - Mijaíl Bakunin


"Aquello que está cayendo, debe ser empujado" - Friedrich Nietzsche


"El futuro pertenece a los pocos que aún estamos dispuestos
a ensuciarnos las manos" - Joseph Tommasi


"Debemos dedicarnos con pasión al conflicto inmediato" - Herbert Read


El significado exacto de la palabra "revolución" es algo muy discutido. Puede significar la derrocación violenta del orden establecido, o tal vez una repentina ruptura con las tendencias actuales. Sin embargo, el hecho de que la palabra revolución proviene del latín "revolutio" (giro, vuelta), indica que tiene que ver con algún tipo de vuelta o retorno. Por ejemplo, imagina como un compás devuelve al lápiz al punto de partida en el que comenzó la circunferencia. Para nosotros, la palabra revolución tiene varias definiciones, y todas ellas tienen un papel muy importante en sí mismas.

Muchas revoluciones a lo largo de la historia han resultado en la cruel y sistemática traición a las personas de a pie. Millones perdieron sus vidas y muchos otros fueron cínicamente utilizados para derrocar a una corrupta clase gobernante en nombre de una celosa burguesía igualmente corrupta. Los nacional-anarquistas estamos totalmente en contra de las injusticias del artificial sistema de clases que se nos ha impuesto, y creemos, no en una "igualdad" o "igualitarismo" marxista, si no en una meritocracia natural que refleje adecuadamente la verdadera naturaleza del individuo y su papel dentro de la sociedad.

Han habido muchos ejemplos de actividad revolucionaria, entre los cuales se encuentran los luditas de 1812, las "Swing Riots" de los campesinos ingleses y los mártires de Tolpuddle en la década de 1830, el movimiento cooperativista fundado por los pioneros de Rochdale, los experimentos comunales de Robert Owen tanto en Escocia como en América, la Comuna Francesa de 1871 y las cooperativas agrícolas establecidas por los anarquistas durante la Guerra Civil Española. La Izquierda ha intentado apropiarse de estas corrientes revolucionarias, pero no tiene un monopolio a la hora de luchar contra el capitalismo y, como hemos explicado anteriormente, la Izquierda suele adoptar una versión ligeramente modificada del capitalismo. Los ejemplos mencionados forman parte de una larga tradición de lucha, y el Nacional-Anarquismo es lo último en una larga lista de corrientes revolucionarias legítimas que buscan crear un sistema de libre expresión política, libertad económica y justicia social.

Aunque ya hemos discutido varias formas en las que los nacional-anarquistas pueden llevar acabo actividades revolucionarias desde el ojo del huracán, aquí en Occidente, también apoyamos la estrategia revolucionaria en la "periferia global". Dicho de otra forma, creemos que los grupos revolucionarios del tercer mundo están liderando la lucha contra la avaricia capitalista y la explotación. Así pues ofrecemos nuestro más sincero apoyo a todos aquellos grupos y organizaciones que luchan en el frente contra el llamado "nuevo orden mundial" y que buscan preservar o reclamar su independencia económica o racial, así como su identidad cultural. Es importante recordar que la revolución en Occidente es un asunto extremadamente arriesgado, por lo menos si a estas alturas la gente decide armarse y arremeter contra el Establecimiento. Sin embargo, la resistencia armada y el conflicto directo en el tercer mundo ayuda a debilitar al núcleo globalista, ya que previene o relentiza la exportación a Occidente de cultivos,minerales y otros recursos. Hoy en día, Occidente puede comprar a los líderes de los corruptos gobiernos tercermundistas, muchos de los cuales han sido empujados a la deuda mediante guerras y préstamos, de manera que los recursos de África y Asia son exportados a punta de pistola. Obviamente esto da lugar al hambre y la miseria entre la población indígena. Pero si a Occidente le resulta cada vez más difícil poder importar lo que quiere de los países de la periferia, comenzará a marchitarse y resquebrajarse de manera parecida a cómo el Imperio Romano empezó a colapsarse como resultado de la tensión de una cruzada continua para obtener nuevos territorios, recursos y mano de obra. Cualquier cosa que debilite a Occidente es algo beneficioso para aquellos de nosotros que vivimos bajo la bota del capitalismo internacional y que deseamos un cambio de verdad.

La tarea que nos hemos fijado es una muy grande. La lucha por la cultura, identidad y autodeterminación económica es una causa que nos aporta un gran sentimiento de propósito, finalidad y destino. Y aún así, para aquellos que quieran formar parte de esta lucha en el futuro más inmediato, solo podemos ofrecer un largo y difícil camino repleto de decepción y dolor. Debido a que la vida del revolucionario es tan difícil, muchos de los que se unan a nosotros se quedarán a medio camino, incapaces de estar a la altura de los ideales. Esta gente inevitablemente dará una multitud de razones para este deserción, desde problemas familiares hasta miedo de ser "descubiertos" como nacional-anarquistas. Pero detrás de todas estas excusas se esconde una única razón: el hecho de que no están preparados para hacer el más mínimo sacrificio en sus vidas para ayudarnos a alcanzar la victoria. Sobra decir que nos apañaremos sin estas personas. En lugar de este tipo de gente, buscamos un nuevo tipo de individuo, aquel que está preparado para poner sus ideales antes que nada. Esta es la señal de un verdadero revolucionario, un activista al servicio desinteresado de su nación y su raza. Y ten por seguro que nuestra visión nunca antes se ha encontrado en necesidad de este tipo de individuos.

En nuestra era moderna, el concepto de sacrificio es anatema para prácticamente todo el mundo. El hombre moderno se ríe de la idea del "sacrificio", pues pregona que "si hago algo, debo obtener algo a cambio. No haré nada a cambio de nada". Un hombre así no posee conocimiento de grandes ideales, y mucho menos sobre como luchar por ellos. Es debido a este tipo de gente y su egoísmo que nuestra civilización se encuentra en tan avanzado estado de deterioro. Una excepción destacable a este declive de idealismo son los guerreros de Hamás que luchan por la liberación de Palestina, ocupada por los poderes sionistas, y, en particular, aquellos hombres dentro de sus filas que están dispuestos a morir por sus creencias. Tal heroismo frente a posibilidades de fracaso tan apabullantes es inspirador. Demuestra que el concepto de sacrificio personal en pos de un objetivo político no está muerto. También demuestra que cuando tal ideal es adoptado, se convierte en una fuerza letal que no puede ser vencida. Los judíos sionistas conocen las consecuencias de un levantamiento en Palestina y, no te equivoques, les temen.

Si queremos ganar debemos seguir tal ejemplo, un ejemplo nacido de pureza de pensamiento y acción. Debemos emprender el camino que nos llevará hacia la victoria. Nuestros ideales deben inspirar en nosotros tales niveles de dedicación y fanatismo, deben darnos la misma fuerza interior que genera invencibilidad. Solo así seremos una fuerza capaz de enfrentarse a nuestros enemigos y salir victoriosa. Trabajando para esta meta hay dos objetivos inmediatos que todos debemos alcanzar. En primer lugar, debemos evitar ser como otros hombres y mujeres, aquellos que no son más que el producto de anuncios comerciales, propagandistas mediáticos, la agenda liberal y el etos materialista. Debemos separarnos de ellos y convertirnos en auténticos seguidores de la vía revolucionaria. Solo cuando consigamos ser ideológicamente libres del Sistema podremos atacarlo con la claridad necesaria para vencerlo. En segundo lugar, nuestro objetivo debe ser luchar. Luchar siempre. Si estamos luchando, estamos ganando. Si abandonamos la espada, entonces ya hemos perdido. Esta batalla exige lealtad y compromiso. Si no estamos dispuestos a derramar nuestra sangre, sudor y lágrimas, entonces no conseguiremos nada. No habrá ningún progreso, ni victoria alguna. No hay nada más incuestionable.

El ideal del sacrificio no es nada nuevo. Los revolucionarios llevamos muchos años apostando por este ideal, así como la relación entre el sacrificio y la victoria. Pero, a pesar de que en el pasado estas palabras cayeron en saco roto, están empezando a ser tomadas en serio por revolucionarios dedicados. Es testigo de la fuerza del revolucionario nacional-anarquista el hecho de que, a pesar de todas las traiciones y vendidos de los últimos años, ha surgido un nuevo modo de "fanatismo" dedicado y tenaz. Es en este ambiente libre de peligro para nuestra causa que existe la posibilidad de llevar la causa revolucionaria hacia una nueva posición más intimidante. Por el bien de nuestras futuras comunidades y sus gentes, la oportunidad debe ser aprovechada.


Para saber más al respecto:


Julian Beck, Hitler's Children: The Story of the Baader-Meinhof
Terrorist Gang, Pickwick Books, 1989.

Hakim Bey, Millennium, Autonomedia, 1996.

Hakim Bey, TAZ: The Temporary Autonomous Zone, Autonomedia,
2003.

Gordon Carr, The Angry Brigade: A History of Britain's First
Urban Guerrilla Group, Gollancz, 1975.

Roy Clews, The Struggle of MAC and the Free Wales Army, Y Lolfa,
1980.

Corneliu Z. Codreanu, For My Legionaries, Liberty Bell
Publications, 1990. [publicado en castellano como “Para mis
legionarios”]

Corneliu Z. Codreanu, Legion: The Nest Leader's Manual, Liberty
Bell Publications, 1990.

ENM, Revolutionary Action: A Booklet for the Cadre, The Rising
Press, 1995.

Julius Evola, Men Among the Ruins, Inner Traditions, 1992.
[publicado en castellano como “Los hombres y las ruinas”]

Ean Frick, Assault the Mainframe: Texts from the Urban Guerrilla
Movement, Ean Frick Kollective, 2005.

John Jenkins, Prison Letters, Y Lolfa, 1981.

Peter Kropotkin, Act for Yourselves, Freedom Press, 1988.

H.L. Mencken, The Philosophy of Friedrich Nietzsche, See Sharp
Press, 2003.

Sergei Nechayev, Catechism of the Revolutionist, The Rising
Press, 2000.

Troy Southgate, Tradition and Revolution, Arktos Publishing,
2010.

Peter Töpfer, Hans Cany & Troy Southgate, Nationalanarchismus:
Manifest und Texte, Eigner Verlag, 2004.

Tom Vague, Televisionaries: The Red Army Faction Story 1963-
1993, AK Press, 1994.


Tom Vague, Anarchy in the UK: The Angry Brigade, AK Press, 1997.

Elaboración y traducción: León Darío y Fernando-Arevaco.
Modificación definitiva: David La Red.

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